Giordano Bruno

Giordano Bruno

Nació en Nola, en Campania, en 1548, en la familia de los Brunos. A los 17 años ingresó al convento de Santo Domingo en Nápoles. En 1576, en Roma, acusado de herejía por sus ideas revolucionarias, decidió renunciar a sus votos. Peregrinó por las ciudades de Ginebra, Tolosa, París, Londres y Fráncfort hasta que, en 1591, en Venecia, fue aprehendido por la Inquisición. Durante el primer juicio, declaró su intención de retractarse, pero, al estar ante la Inquisición de Roma, en el segundo juicio, insistió en sus opiniones y, por eso, fue sentenciado a morir en la hoguera, en Campo de’ Fiori, en 1600.

La filosofía de Giordano Bruno surge de la idea que Dios, a la vez unidad e infinidad, se replique en infinitas formas de la existencia. Según Bruno, religión significa reconocer a Dios en cualquier lugar e identificar asimismo sus formas variables. A pesar de que utilice términos propios de líneas de pensamiento anteriores, la originalidad de Bruno radica en la inspiración subyacente a sus oraciones especulativas sobre el excesivo pensamiento metafísico y la infinidad del mundo, profundamente atadas también a la moral. De hecho, Bruno rompe con el determinismo inherente a la circularidad de unidad y multiplicidad, sosteniendo que el acto de conocer es acto de libertad, de superación de la naturaleza. Esa ruptura se percibe también en el ámbito literario, en el que será uno de los primeros en promover la libertad del poeta y del hombre, contra la Poética aristotélica, contra las imitaciones: Bruno rechaza claramente los géneros literarios y se opone a los gramáticos y al estricto normativismo¹. Incluso la decisión de utilizar la lengua vulgar se halla estrechamente relacionada con la nueva filosofía: Bruno, efectivamente, afirma hacerlo porque motivado por «la conciencia de que un nuevo pensamiento necesita una nueva lengua»², aunque algunos estudiosos, como por ejemplo Giovanni Aquilecchia³, relacionan el uso de la lengua vulgar con la actividad cultural de los círculos londinenses, los cuales preferían su empleo.

La fusión de diferentes registros de la lengua puede estar conectada con la idea de la Vida – materia infinita de Bruno, por lo tanto «desde el punto de vista de la consistencia, del orden y de la belleza de la realidad, todo tiene igual valor y dignidad»⁴.

Por eso, seleccionamos todas las obras seleccionadas de Giordano Bruno que escribió originalmente en vulgar, es decir “La cena de las cenizas” (1584), “Causa, principio y unidad” (1584), “Sobre el infinito universo y los mundos” (1584), “La expulsión de la bestia triunfante” (1584), “De los heroicos furores” (1585), “Cábala del caballo pegaseo” (1585), “Candelero” (1582). Dichas obras fueron traducidas a 30 idiomas y se hallan en 90 Países del mundo; para observar la concentración de esas traducciones, fíjense en el gráfico de abajo, creado a partir de la base de datos en la que se encuentran los registros bibliográficos a nivel mundial.

Distribución de las traducciones de las obras de Giordano Bruno en el mundo

Bibliográficos

Aquilecchia G., (1953), L’adozione del volgare nei dialoghi londinesi di Giordano Bruno, «Cultura Neolatina», XIII, pp. 165-189.

Bruno G., (1994), Spaccio de la bestia trionfante, prólogo de Sturlese R., Istituto Suor Orsola di Benincasa, Napoli.

Bruno Giordano, Treccani (o.l.)  (consultado el 06/10/2020).

Campa R., (2019), Il convivio linguistico. Riflessioni sul ruolo dell’italiano nel mondo contemporaneo, Carocci, Roma.

Ciliberto M., (2005), Pensare per contrari. Disincanto e utopia nel Rinascimento, Roma, Edizioni di Storia e letteratura, p. 219.

Foto de Dorli Photography / CC BY-NC-ND 2.0

¹ Ciliberto M., (2005), Pensare per contrari. Disincanto e utopia nel Rinascimento, Roma, Edizioni di Storia e letteratura, p. 219.

² «Dalla consapevolezza che un nuovo pensiero vuole una nuova lingua», Bruno G., (1994), Spaccio de la bestia trionfante, prólogo de Sturlese R., Instituto Suor Orsola de Benincasa, Napoli (trad.es. Palumbo G., 2020).

³ Aquilecchia G., (1953), L’adozione del volgare nei dialoghi londinesi di Giordano Bruno, «Cultura Neolatina», XIII, pp. 165-189.

«Dal punto di vista della consistenza, dell’ordine e della bellezza della realtà, tutto ha pari valore e dignità», Ciliberto M., (2005), Pensare per contrari. Disincanto e utopia nel Rinascimento, Roma, Edizioni di Storia e letteratura, p. 219 (trad.es. Palumbo G., 2020).

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